domingo, 27 de enero de 2008

miércoles, 23 de enero de 2008

ESTE PP , NO!!!!

ESTE PP, NO

Gonzalo Pavillard

Qué menos que intentar dar una visión ‘mercurial’ a las elecciones que se avecinan y a las consecuencias que pueden tener para todos nosotros. Lo primero para avisar que ni mucho menos el resultado está ya decantado para el PSOE.

De aquí a las elecciones todo puede pasar y como generalmente se entiende que la abstención perjudica a la izquierda aquí el propósito es movilizar a la gente a las urnas y hacer entender, más que de la conveniencia de votar al PSOE, de la conveniencia de mandar al PP al diván del psicoanalista que han estado evitando durante estos cuatro años, por el bien de la convivencia en España.

Pero antes de entrar en el detalle me gustaría dar aquí una reflexión acerca de lo que es para mí la última frontera de la democracia, para hacerlo me voy a ir muy lejos para volver luego al tema que nos interesa.

Las utopías de izquierdas

Ya en el siglo XXI casi todas las utopías conocidas han sido probadas y si miramos los ejemplos que tenemos podemos deducir que son las utopías de izquierdas las que peor han evolucionado a democracias. Digo utopías de izquierdas por decir algo, a no ser que el empeño en aferrarse a unos privilegios de clase santificados por la santa madre iglesia, por parte de la derecha, pueda considerarse una ‘utopía conservadora’. No hay utopías de derechas de la misma manera que no hay cantautores de derechas.

¿Por qué ha sido así? Una explicación puede ser porque en las dictaduras de derechas los tres poderes, ejecutivo, legislativo y judicial, estaban corrompidos por el poder, pero aunque su independencia fuese sólo nominal por lo menos existían como entidades separadas, mientras que en regímenes como el chino hoy, la separación de tales poderes no existe ni siquiera nominalmente.

Continuando con el ejemplo chino, Mao quiso explícitamente que no hubiese un cuerpo de leyes porque estas limitarían la libertad de acción del partido. El partido comunista chino es una amalgama oscura que ocupa todos los espacios de poder y la justicia es un mero brazo ejecutor a disposición de sus dirigentes.

Sin embargo los motivos que hicieron nacer la revolución en China fueron nobles y si vencieron a los nacionalistas, contra todo pronóstico, fue simple y llanamente porque tenían la razón de su lado. Entonces ¿cómo esta buena intención ha acabado degenerando en el regimen actual que se vive hoy en China?

Decía Pasolini, ‘cuando el espíritu de la revolución se desvanece, las instituciones pierden su sentido’. Como utopía comunista que era, esta estaba basada en la solidaridad. Durante la revolución la solidaridad era espontánea, probablemente ese espíritu generoso y solidario era lo único que le sobraba al partido comunista.

Y esto es lo interesante, cuando el espíritu solidario, espoleado por el fervor del movimiento revolucionario, se disipó en el acomodo que necesariamente trae la paz, los hombres volvieron a sentir el natural egoísmo, que no es más que instinto de supervivencia: acumular y heredar. Se puede deducir de esto que el hombre es de natural egoísta y que sólo en casos excepcionales se ve impulsado a ser solidario.

Mao vio esto y vio su propio lugar en la historia de China y decidió que de esto también iba a salvar a los chinos. Para lograrlo desencadenó la revolución cultural con la cual a partir de entonces se ‘obligaría’ a la gente a ser solidaria.

No es necesario explicar que la ‘solidaridad inducida’ (por lo medios más burdos pero por supuesto no con el propio ejemplo) no es sólo una contradicción en sus mismos términos sino un disparate de consecuencias nefastas.

La misma aberración, en mayor o menor grado, se vivió en la Unión Soviética y en sus países satélites, y aún lo sufren los pobres norcoreanos. El comunismo teórico será moralmente intachable, el marxismo teórico es muy útil para entender el mundo en el que vivimos, pero la aplicación práctica de ambos ha sido un fracaso sin paliativos. Las utopías egalitarias habían acabado superando en horror y surrealismo a las utopías orwellianas de ficción.

El margen conservador

En el margen opuesto la ‘utopía conservadora’ no requiere una explicación tan sesuda. Es la simple conservación de unos privilegios de clase, de defensa del estatus quo, de un sistema que permite la acumulación exponencial de riqueza, creando grandes desigualdades. No ha existido tradicionalmente en la derecha una ideología clara más allá de la de cimentar su propio poder, por eso su ‘ideología’ la toman prestada de la iglesia. El dogma de una supuesta ‘tradición cristiana’ es el armazón ideológico que los sustenta. Así los partidos de derechas en Europa son democristianos.

Cuando uno escucha y ve el comportamiento y las maneras de la derecha española es posible sentir que estos consideran el poder como su coto privado, su derecho de pernada, y es por eso que cuando lo pierden reaccionan con virulencia. Se indignan de ver que se les arrebata algo que creen que por derecho les pertenece y por recuperarlo no les duelen prendas en caer en flagrantes contradicciones que pretenden resolver con argumentos de parvulario: ‘nosotros no fuimos a negociar’ o la ‘autoría intelectual no aclarada’. Esta actitud delata el poco talante democrático que tienen.

Como ejemplo de estas contradicciones decir que nadie ha mencionado que ellos, el PP de Aznar, ellos que se ven así mismos como la reserva espiritual de occidente, apoyaron una guerra pensando en los réditos prácticos que les iba a proporcionar. Esto dicho de la propia boca de Aznar: ‘ahora se ve para que sirven ciertos apoyos’. ¿Acaso no es esto lo más ofensivo a la sensibilidad cristiana? Pensar en los réditos materiales que ser servil con el poderoso, apoyando una guerra ilegal, reportaría a España. ¿No es esto ofensivo, no ya a la sensibilidad cristiana, sino a la más elemental moralidad laica de cualquier hijo de vecino? Es necesario recordarlo.

¿Y que se puede decir de esa iglesia católica que tanto les inspira? ¿Qué se puede decir de una institución que ante una pandemia mundial de sida, insiste en que el uso de condón es pecado, que va dando lecciones de moralidad cuando tiene diócesis enteras en bancarrota por decenas de casos de pederastia que han encubierto sistemáticamente, que como institución están en el lado más rancio de cada asunto que concierne a la vida: en contra de la eutanasia, de los cuidados paliativos, de la investigación con células madre, el aborto, el matrimonio homosexual, etc., etc., etc.? Amén de pretender monopolizar el bien y por supuesto monopolizar, además de tergiversar, el mensaje de Cristo.

Las pataletas que han protagonizado últimamente son reflejo de su total irrelevancia y finalmente ni siquiera de la mano del PP conseguirán lo que quieren, si eso no entra en sus cálculos electorales.

Un punto de convergencia

Ambas, derecha e izquierda, han recorrido mucho camino en los últimos tiempos. Ambos se han acercado al centro. Por el camino la izquierda ha adoptado las recetas económico-liberales asociadas a la derecha y que han traído riqueza a occidente y ha desistido de perseguir utopías egalitarias de difícil realización (la igualdad de oportunidades, no la igualdad de pensamiento y acción) y por el lado de la derecha, han aceptado a regañadientes que el poder económico no lleva automáticamente aparejado el poder político y que los trabajadores no son meras piezas de sus fábricas.

¿Que significa esto?, que entre dos partidos que pretenden ocupar el centro en una economía globalizada, ya no hay apenas diferencia entre las recetas económicas que ambos aplican. Se ha llegado al consenso casi total. Parece poca cosa, no se si será bueno o malo, pero es extraordinario que sea así.

Esto significa que aquí la miga está en las políticas sociales y es allí donde entre PP y PSOE hay un abismo.

Esto me lleva a mi concepción final de lo que la democracia debería ser en una situación ideal. En democracia, aunque gobierne un partido determinado en cada momento, este, una vez en el gobierno debe gobernar para todos. ¿Y como puede contentarse a tantísima y tan diversa gente?.

Buscando el ‘mínimo común denominador’. Y el mínimo común denominador de la democracia es el imperio de la ley y el más escrupuloso laicismo.

Si la democracia fuese una habitación vacía, mejor desde la izquierda dejarla como está cuando la ocupe temporalmente para poder pedir al PP que cuando la ocupe él no la llenen tampoco de los tapices polvorientos de apariciones marianas que son tan de su gusto.

La democracia debe ser un esqueleto aséptico, un comodín que a todos nos valga porque ahora la verdadera utopía no se va a realizar como un movimiento político de masas. Ese espacio ya ha sido ocupado. La siguiente utopía es la propia liberación del individuo.

Para practicar utopías egalitarias hay un campo perfecto para experimentar: la empresa. En la empresa se da además una paradoja muy interesante, pues en el mundo de hoy quienes cambian nuestra realidad son las empresas, más que los gobiernos, y sin embargo son perfectamente ademocráticas. En la empresa uno puede ser un dictador con todos los parabienes de la sociedad. En la empresa uno puede ser un dictador benigno, un déspota ilustrado, un conservador compasivo o finalmente puede ser una verdadera utopía participativa.

Hoy por hoy en España el recorrido al centro no es simétrico. El PP no ha asimilado el laicismo del estado, como han hecho la mayoría de las derechas europeas. El PP no ha acabado de digerir la verdadera esencia del juego democrático. El PP no sólo no ha acabado de asumir sus propios errores, sino que con la defenestración de Gallardón el sector duro del partido ha parado en seco ese supuesto viaje al centro.

Por esta razón es necesario forzarles a la reflexión y no hay mejor manera de hacerlo que invitando amablemente a cambiar de profesión a los responsables de la deriva actual: Rajoy, Acebes y Zaplana.

Este PP, no

Ahora entrando de lleno en nuestro caso particular de cara a las elecciones de 9 de Marzo voy a ilustrar cómo un momento en particular ha definido la estrategia que ha seguido el atribulado Mariano desde su derrota en las urnas.

Poco después de la derrota en las urnas el PP celebró un congreso extraordinario para ubicarse ante el nuevo panorama. Rajoy continuaba de líder y fue él quien escogió a Gallardón para abrir el congreso. En su discurso Gallardón dijo aquello de ‘algo debimos hacer mal…’. Esto invitaba a una autocrítica, algo inaudito en el PP (y en los políticos en general), parecía que efectivamente Rajoy asumiría otro talante. Pero cuando al final del congreso subió a la palestra Aznar, el ya entonces presidente honorario, ante las masas enfervorecidas dejó claro que de errores, ‘tu tía’. Que todo lo habían hecho bien y requetebién y que habían sido injustamente desalojados de la poltrona.

Allí se acabó definitivamente el atisbo de autocrítica del PP, hasta allí llegó la capacidad de liderazgo de Mariano, hasta allí llegó su margen de maniobra. De aquí no pasas, vino a decirle, y aquí te dejo a Clin y Clan para asegurarme que no te sales del guión.

Desde ese momento se santificó la nueva doctrina del PP para la legislatura, lo que yo he acuñado con el término de ‘donmendismo’. A partir de allí la máxima sería: ‘mantenella y no enmendalla’. A toda costa, pase lo que pase y por supuesto pasándose el consenso en materia antiterrorista por el arco del triunfo.

A partir de entonces se consagraría el ‘todo-vale’ que tan bien ha encarnado Mariano, a partir de entonces más conocido como Don Crispón. Por supuesto aquí Don Mendo es Aznar que de vez en cuando sale a escena con aquel peinado rubio a tazón y la mandolina, cantando por pareados aquello de ‘las montañas y los desiertos, no tan lejanos…’

Si ahora ganase el PP, esta manera de hacer política que han encarnado estos tres personajes, se vería vindicada, confirmada, ratificada, verificada y sus consecuencias serían nefastas para la convivencia en España, independientemente del color ideológico de cada cuál.

Si el PP pierde no podrá esta vez evitar el diván del psicoanalista que debió ocupar hace ya cuatro años, para llevar a cabo una regeneración que permita que en España tengamos, por fin, una derecha conservadora, pero no reaccionaria.

Y es por esta razón que decimos, de cara a las elecciones del 9 de Marzo:

ESTE PP, NO

Ve a votar, está en juego la convivencia.

jueves, 17 de enero de 2008

conjugacion nihilista

en este primer episodio solo unas cuantas cosas que me vienen a la mente, para no aburrir a nadie ... básicamente

fuck2008
fucklucesnavidad
fuckelcutreingles
fucknavidades
fuckbancos
fuckpoliticos
fuckterrorristas
fuckcoches
fucktv
fuckemotional chantaje
fuckboyfriends
fuckgirlfriends
fuckizquierda
fuckderecha
fuckgringos
fuckwar
fuckmovil
fuckreligion

...a continuación algunas de las cosas que mas quiero, espero poder encontrar alguna mas de aquí a poco.

amomishijos
amomusic
amonaturaleza