miércoles, 5 de marzo de 2008

Guerrilla Ecológica


Sería bueno tomar ejemplo de este proyecto, seguramente el Júcar no es ni será el único río de nuestra geografía que se encuentre en esas mismas condiciones.




El artista Ulises Pistolo Eliza, desarrollará del 14 al 16 de Marzo un
proyecto artístico a lo largo del curso del río Júcar en su paso por la
comarca de la Ribera Baixa. Este proyecto tiene como objetivo llevar a cabo
una obra ecológica en el tramo final del río para reivindicar el alto valor
paisajístico de algunos de sus parajes.


Programación


Del 13 al 16 de Marzo residencia y recepción de artistas y voluntarios en
Sanatori- Clinica del Art, coordinación para las salidas en barca y
vehículos
El 14 y 15 intalación permanente en el Sanatori "ilúmina" del artista Goyum.

Concierto presentación el día 14 de Marzo a las 19h.en el claustro de la
biblioteca de Sueca, Valencia.

Del 14 al 16 de Marzo

Limpieza de la basura inorgánica en el curso de río desde Albalat de la
Ribera hasta su desembocadura en Cullera.

Ubicación de paneles informativos en los puntos de mayor valor paisajístico
del cauce de Júcar.

Plantación de árboles en los puntos en que la flora ha quedado reducida o
eliminada.

Elaboración del documental sobre el desarrollo del proyecto, incluyendo
entrevistas a expertos, científicos, organizaciones ecologistas y
responsables de las asociaciones para la conservación y preservación del
Júcar.

Mayo presentación del documental en el IVAM, Valencia.


Colabora con nosotros:

sanatori@pronostica.org




Concepto

El Agua y los ríos:

El ser humano está formado en más del setenta por cien de agua. Nuestra
civilización siempre ha discurrido cerca de los ríos. Ellos nos han
suministrado el agua que necesitamos para beber, cocinar y, por supuesto,
para cuidar de nuestra higiene.
Hasta hace poco -menos de medio siglo-, el ser humano todavía mantenía una
relación estrecha con los ríos. Era consciente que el río le proporcionaba
un bien básico del que dependía, y por tanto, una corriente o de agua dulce
era considerada un bien común a cuidar y preservar.
Un par de generaciones atrás una serie de progresos tecnológicos posibilitó
la canalización del agua para llevarla a las viviendas. Esto significó un
avance incalculable en la calidad de vida del hombre, pero provocó un cierto
distanciamiento con respecto al río. El hombre ya no debía bajar al río para
llenar cántaros; ahora tan sólo hacía falta abrir el grifo. Y, con el
tiempo, ir a comprar el agua al supermercado, porque la del grifo no era
buena para beber.
Lo que al principio empezó como un alejamiento entre el hombre y el río, en
el tiempo se ha convertido en una pérdida de contacto absoluta. Sin ir más
lejos, la mayoría de los niños no conoce el ciclo natural del agua, y ven el
grifo como un artilugio milagroso capaz de hacer brotar agua eternamente. Ya
no se pesca en nuestros ríos por la pésima calidad de las aguas. La
navegación como actividad recreativa no se practica apenas, pues los cursos
bajos están pestilentes porque se vierte mucho producto tóxico. Y bañarse es
un riesgo para la salud que nadie se atreve a correr. En estas condiciones,
es natural que las ciudades y los pueblos hayan acabado viviendo de espaldas
a sus ríos.

Las plantas, animales y peces:

Igual de importante que es el río para el ser humano, lo es también para sus
otros beneficiarios: las plantas, los peces y los animales.
Actualmente, la falta de información respecto al estado de la flora y la
fauna del río es absoluta. Y lo mismo pasa con las aguas. Existe una falta
de rigor absoluto en el control de los vertidos tóxicos. Los planes para la
instalación de depuradoras han sido pospuestos sine die. Y las pocas veces
que se ha procedido a limpiar el río, el plan de acción no consistió en
depurar las aguas, sino en talar árboles.
El río es un hábitat frágil, donde habitan centenares de especies en un
sabio equilibrio, Un ejemplo es la garza, un ave que se acostumbra a
pernoctar al cobijo de ciertos árboles, siempre en el mismo meandro. Se
recogen al atardecer, por docenas, siguiendo unas escalas concretas en su
recorrido. Si los árboles desaparecen, ellas se ven forzadas a cambiar su
ruta.
La situación en la que nos encontramos –peces muertos y aguas pestilentes-
no es irreversible. Afortunadamente, ya se ha vivido en otros países. En
Alemania, durante los años 80, el Rin llegó a un índice de toxicidad
altísimo, que forzó a la prohibición del baño en sus aguas. En la
actualidad, en cambio, el río vuelve a estar limpio, gracias sobretodo a la
conciencia ecológica de los habitantes de la zona. Ahora sus riberas están
llenas de color en verano, con zonas recreativas y carriles bici. Y sus
aguas son tomadas por bañistas y embarcaciones los días de calor.
Nuestros vecinos del norte nos han demostrado que, en el fondo, todo es un
problema de la educación de la ciudadanía. Estoy seguro que con un poco de
esfuerzo por parte de todos es posible que los peces vuelvan a poblar las
aguas, los pájaros se refugien de nuevo en las ramas de los árboles y
cañizos y los niños puedan volver a nadar en el río.

Valor paisajístico

Al pasear en barca por el río, admiro la belleza y la magia de este lugar
privilegiado, y no puedo dejar de sorprenderme al pensar que los habitantes
de su ribera siguen viviendo de espaldas a él.
Pienso que debería concienciarse a los ciudadanos desde la infancia.
Educarles la sensibilidad para que aprecien el paisaje. Enseñarles a
desarrollar la estima por la ecología. Inculcarles valores solidarios con
respecto a la naturaleza.
Si queremos cambiar la suerte del Júcar, debemos emprender un plan de acción
directo, que implique, por una parte, una intervención concreta e inmediata;
y, por otra, un proyecto de educación de las generaciones jóvenes, pues son
ellos quien deben mantener el cambio.

Organiza

Sanatori- Clinica del Art*
Cultura Sin Fronteras*

Colabora

Ministerio de Medio Ambiente
Confederación Hidrográfica del Júcar
Ayuntament de Sueca
Ayuntament de Polinyà de Xúquer

*Sanatori es un espacio para la difusión del arte contemporáneo, en el
entorno del Parque natural de la Albufera en Valencia.
Una Clínica del Arte donde escuchar el silencio y capturar el tiempo.
La residencia de artistas de Sanatori, pone a disposición de los artistas,
un espacio en la naturaleza donde estos pueden desarrollar sus proyectos,
colaborando con otros colectivos que mantienen sus actividades al margen del
arte, pero que al igual que Sanatori, centran sus esfuerzos y objetivos en
el desarrollo de una conciencia ecológica, el cumplimiento de los derechos
humanos y el desarrollo sostenible.

*Asociación Cultura Sin Fronteras colabora en distintos proyectos con la
UNESCO y Naciones Unidas. "La Cultura de Paz y No Violencia", "Diálogo
entre Civilizaciones" y "Desarrollo Humano Sostenible" son los nombres de
algunos de los proyectos en los que se realizan tareas de intervención
directa sobre problemas sociales.